El impacto de lo cotidiano: la cerámica

La cerámica en los hogares andaluces

La cerámica andaluza ha sido vehículo de expresión a lo largo de los siglos, tanto es así que, cada temporada, observamos nuevas tendencias de salón y hogar en grandes superficies, inspiradas sin lugar a dudas en estos grandes maestros artesanos.

Pero, si echamos la mirada atrás, la alfarería nunca ha dejado de ser uno de los oficios más valiosos que existen, pues, el ser humano se ha servido desde tiempos inmemoriales del barro como materia natural para crear todo tipo de utensilios que facilitasen las labores cotidianas (cucharas, cuencos, vasijas…).

Vasitos de te azules y blancos de cerámica
 Juego de te malagueño, Plaza de la Merced.

Y si tanto nos encantan las nuevas tendencias y estar a la última, ¿cómo entonces han podido perdurar estos utensilios en nuestros hogares? ¿Por qué los diseñadores actuales siguen copiando estos objetos milenarios? A continuación, trataremos de ofrecer un punto de vista que resuma ambas cuestiones.

Los primeros vestigios en Andalucía

Es en la Andalucía oriental donde encontramos los primeros vestigios cerámicos (todavía presentes en la cerámica almeriense) rematados con el característico engobe de almagre (u ocre rojo); es lo que llamaremos cerámica de Almagra, representativa del Neolítico andaluz. 

Se conoce como engobe a la pasta elaborada con tierra y agua, que servía para impermeabilizar la superficie de la pieza en dureza de cuero, o para pintarla una vez bizcochada. En adelante, continuó empleándose por otras culturas (tartesios, íberos...) como técnica cerámica decorativa ya que permitía diferentes calidades al ser frotada o pulida con piedra.


Mapa de las culturas del Neolítico y Mesolítico (4500-4000 a. C.) en Europa. Fuente: Wikipedia 

Durante la Edad de los Metales, concretamente a finales de la Edad de Bronce (1100-750 a.C.) la vertiente occidental de Andalucía se encuentra poblada por una civilización única y singular llamada Tartessos, cuya subsistencia se centra en la extracción de oro, plata, cobre… en las cuencas del Guadalquivir para comerciar con los navegantes orientales (fenicios). Sin embargo, el pueblo de Tartessos ya posee con anterioridad un avanzado desarrollo en lo que respecta a la cerámica (se habla de la presencia del torno como instrumento habitual), si bien terminará modificando los motivos y acabados de sus piezas en base a su inminente actividad comercial.

Vaso 'tipo Kuass' procedente del yacimiento de Mesas de Asta de Jerez (Cádiz) con engobe rojizo.

Un poco más adelante, alrededor al siglo VI a.C., los íberos van a experimentar un desarrollo aún mayor en parte debido a la herencia tartésica, en parte debido a la incesante presión por parte de las colonias fenicias y griegas que terminan por establecer su comercio a lo largo del sur peninsular. 

Los íberos habitaron en el levante y en el sur de la península. Fuente: Wikipedia.

Vasos cerámicos del museo de la Ciudad Íbera de Ullastret en Girona.
  
Cántaros hayados en la ciudad griega de Argos (península del Peloponeso). 

La cerámica azul y blanca

Pasados algunos siglos, el ser humano comienza a dar más peso a las necesidades estéticas y abandona unos objetivos estrictamente utilitarios y funcionales para dar paso al embellecimiento del lugar que habita; es el caso de la cerámica china de Ming, que fue comercializada ampliamente y de manera internacional, y cuya característica distintiva era el uso de óxido de cobalto sobre esmalte blanco. 
Esta técnica cerámica daba un lugar privilegiado al azul (lapislázuli para las divinidades mesopotámicas o la realeza egipcia), con el que se ornamentaba con motivos florales o animalísticos la pieza. 
Podemos decir que esta cerámica evoluciona en Andalucía a través de la cerámica islámica, cuyo impacto se produce a partir del califato Abasí (750-1258), arte que quedará latente y en continua evolución hasta nuestros días.
Hay que pensar que durante toda la Edad Media la sociedad española estuvo dividida en clases sociales, y disponer de objetos de gran valor estético en las viviendas enaltecía el estatus y les diferenciaba de las clases pobres.
Las tonalidades que predominaban en la creación islámica eran: turquesa, cobre, verde, marrón y blanco, y justamente esta es la herencia que hoy vemos en nuestras cocinas. Se trata de objetos que nos han acompañado silenciosamente durante generaciones y que han vestido de calidez nuestros hogares, especialmente nuestras cocinas (azucareros, ensaladeras...).
De esta manera, puede deducirse que dos son las tendencias cerámicas que han perdurado en el sur peninsular: 1. La Almagra (engobe rojo en dureza de cuero) y 2. Esmaltado blanco más óxidos, u otras variantes de acabado (esmaltado transparente sobre esmalte de color...).

La cerámica como objeto de coleccionismo 

En la actualidad estas piezas cerámicas constituyen objetos de utilidad rústica, en casas familiares de campo, almacenamiento de cereal en despensas, etc. así como infinidad de piezas de colección-decoración que pueden observarse en los muebles de nuestros salones (animales, figurillas con escenas de campo, vasos con el nombre de ciudades a modo de souvenirs...)
También me atrevería a decir que muchos de nosotros recordamos vivamente el término almagra, pues hemos visto a nuestros padres o abuelos echar la cenefa por el suelo cuando se blanqueban con cal las casas en Andalucía. 
Puede decirse, y así es nuestro sentir, que la cerámica se encuentra actualmente en un plano revalorizado. Tanto es así que hemos podido disfrutar de su incorporación reciente como actividad en las aulas de numerosos centros. 
Este año he tenido la suerte de experimentar la cerámica y aprender junto a mi compañero Juanma Torrado, durante la realización de numerosas actividades en clase (sellos, tazas, cuerda seca, floreros, platos...) que han sido objeto de disfrute y conocimiento. 
Aquí comparto algunas imágenes con la creación de uno de mis cuencos favoritos, curiosamente de inspiración cerámica azul y blanca:

Cuenco realizado en clase.
Óxido azul de Prodesco.

Esmalte transparente para el tratamiento final de la pieza.

Mi feliz compañero Juanma y yo.

Piezas preparadas dentro del horno.

Desde mi experiencia personal, la cerámica es un vestigio único e inmaterial que nos ayuda a reconstruir y a comprender las civilizaciones pasadas, pero de cualidad también lúdica e impredecible, capaz de enganchar a todo aquel que la prueba... En los próximos días seguiremos investigando sobre el arte de las creaciones cerámicas en los diferentes pueblos de Andalucía.

Comentarios

  1. Juan Manuel Torrado31 de agosto de 2024, 13:04

    ¡¡¡Qué bonito!!! Me ha encantado, ¡muchas gracias! Espero sigas investigando; he aprendido mucho de la cerámica andaluza 👏🏻👏🏻👏🏻

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti por abrir camino. Han sido muchas horas y todas muy bien aprovechadas.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por comentar y compartir

Entradas populares