Poema al caballo marismeño de Doñana
Caballo de la marisma
Macarena Márquez
Un caballo indómito sueña en la marisma,
lleva sus crines al viento y la mirada infinita.
Quiere ser corcel que avanza,
desde el puerto de Bonanza,
perfumado de albariza,
por la orilla que el Guadalquivir baña.
Al otro lado del coto,
sueña y galopa con alma,
mientras el viento le trae,
entre relinchos y olas,
aplausos lejanos y coplas.
¡Ay, campeón de carreras,
quién tuviera tu espíritu libre,
y cabalgase esas arenas!
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